martes, 5 de agosto de 2008

El juego de la mentira


Hace un par de semanas que se abrió la veda y se inauguró la temporada de negociaciones en nuestra querida ciudad. El regreso de los internacionales españoles no ha hecho sino acrecentar el ritmo de trabajo: los teléfonos de los representantes echan humo, las oficinas de club se convierten en lugar de peregrinaje para periodistas y becarios en prácticas, y en las redacciones los jefes de Deportes trabajan a destajo para lograr esa filtración clave, esa información exclusiva que les de el "pelotazo" informativo del verano.

Son dos los nombres que están en boca de todos estos días: David Villa y David Silva. Asturiano y canario son quizá los dos mayores "caramelitos" nacionales del mercado, y la preocupante situación económica del Valencia hace que, aunque la intención del club sea retener a ambos y aumentarles la ficha, no se haya descartado la posibilidad de venderlos. Eso sí, a un precio acorde a su calidad y progresión. Esa es la versión "oficial" de la historia.

No obstante, en estos días en los que los nombres de Jose Luis Tamargo (representante de Villa), Amadeo Rangel y Julio Llorente (agentes de Silva) no paran de sonar en los medios, hay algo que me mosquea y, al tiempo, me entretiene. El arte del regateo, tan arraigado en los seres humanos, genera en estas reuniones todo de tipo de chismorreos y rumores. Y si cualquiera de nosotros tratamos de amarrar al máximo en cualquier negociación a pequeña escala (los típicos mercadillos son lo primero que me viene a la mente), no quiero ni imaginarme las artimañas empleadas cuando lo que están en juego son millones de euros.

La reticencia de Tamargo a "soltar prenda" con aquellos que no son sus amigos me impide hablar en profundidad de Villa. Es Silva, o mejor dicho sus agentes, el que más se está moviendo en las últimas horas. Como avanzábamos ayer lunes en Las Provincias Punto Radio, Rengel y Llorente llegaron a las oficinas con tres ofertas bajo el brazo: Barça, Roma y Atlético de Madrid. Sin cifras, aunque no es difícil imaginar que oscilan entre 20 y 30 millones de euros. No obstante, Fernando no estaba allí para negociar. Una suerte de juego del escondite infantiloide en el que ayer te dije digo, hoy te digo diego, mañana no aparezco en la reunión, pasado vamos a ampliarle el contrato al jugador y la semana que viene todo salta por los aires.

El gran Greg House lo tiene claro: "todo el mundo miente". Fernando Gómez, Vicente Soriano, los representantes... todos juegan sus bazas lo mejor que saben. Medias verdades y mentirijillas se funden en una sola mientras nosotros, los "curritos", vamos absolutamente de cabeza tratando de seguir el ritmo de las negociaciones. Hoy se ha producido la enésima reunión entre Fernando y los representantes de Silva... y las cosas siguen igual, emplazándose para otro encuetro dentro de ocho días. Jaque. Las cartas del póker siguen en la mesa, algunas boca arriba, otras aún escondidas. Estamos en ese momento de la partida en la que los jugadores se miran a la cara, tratando de adivinar lo que el otro tiene en la cabeza. Divertido de jugar, sí. Pero aburrido de ver. Aburridísimo.

2 comentarios:

Álvaro Martínez @alvarom dijo...

Yo lo tengo claro, y desde luego no soy de la opinión de Blatter de la exclavitud de los futbolistas... más bien soy Del Nidista: "Usted ha firmado aquí por 5 años a un sueldo X... si lo quiere cumplir bien, y si no quiere y se declara en rebeldía, ahí tienes la grada para quedarte los próximos 5 años".

Fácil, sencillo y para toda la familia.

www.checheche.net dijo...

Pero al menos, bonicos, se agradece que los agentes de Silva no sean unos putos histriónicos... Son más bien sosos y eso mola cuando se trata de agentes.

V Molins