sábado, 4 de abril de 2009

Pamesa: la misma historia de siempre


Imagen de enCancha.com

Llevo poquito trabajando en radio. Y relativamente poco en el mundillo del periodismo deportivo. Y tampoco son tantos los años que llevo viendo baloncesto ACB y NBA. Pero hay cosas que, independientemente de tu experiencia personal y profesional... "te huelen mal". Como quedarte encerrado en las duchas de la cárcel con un moreno llamado Mandingo. Dentro de tí, sabes que algo malo va a pasar.

Hoy, por ejemplo. Siempre que ha habido una fase final, una Copa, un partido a ida y vuelta en el caso del fútbol... solía tener el mismo diálogo con uno de los técnicos en la radio, el gran Alberto Navarro. Y es que un profesional como Alberto sabe que, en caso de competiciones de un día para otro, las cuñas, promos, músicas, etc. deben modificarse en cuestión de horas. Por poner un ejemplo practico: en la Copa del Rey de Madrid, Alberto me llamó minutos antes del partido. "Paco, si Pamesa pasa me acercaré por la radio a grabar la promo para las semis", me dijo. No hizo falta... porque palmamos contra el TAU. Pese a dar la cara.

Pero hoy no. A las 17:30, a media hora del inicio, todavía no tenía notificación suya. Ni una llamada. Nada. Y a la conclusión del encuentro se me ha ocurrido llamarle. "¿No pensabas pasarte si le ganábamos al Khimki?" he preguntado.

"Ah, pero... ¿creías en serio que Pamesa pasaría?"

Hasta ese punto ha llegado el equipo de Neven Spahija. Hasta el punto de que los neófitos desconfíen de todo lo relacionado con el club. Hasta el punto de que los que vivimos de esto acabamos siempre con cara de gilipollas porque te has currado una retransmisión, entradilla, sintonías, cuñas, promos, desplazamiento, comentaristas... y no haces más que palmar. Palmar y palmar y palmar. Como lo del "ganar y ganar" de Aragonés, pero a la inversa.

Bien visto, se podría decir que este Pamesa 2008-2009 es calcado, en cuanto a actitud y expectativas, a la Selección Española de fútbol del Mundial 2006. Sí, la del estigma del perdedor grabado a fuego, en contraposición a la actual "Roja". Sí, la del árbitro egipcio ese. Las expectativas son siempre, en la previa, de euforia desmedida. "¡Nos comeremos el mundo" que diría aquel. Pero siempre, S-I-E-M-P-R-E, por una cosa o por otra, por arbitrajes sibilinos, capacidad reboteadora infame, rival netamente superior, falta de calidad individual, errores del tecnico o porque la abuela fuma, siempre la película acaba del mismo modo. La competición sigue, y España... digoooo, Pamesa se queda en cuartos.

Y de verdad puedo entender a los que esta noche pidan a grito pelado la cabeza de Llorente en una pica, la guillotina para Spahija, un fusilamiento colectivo de la plantilla... o las tres a la vez. Porque aunque periodista, eres persona. Y aunque periodista, eres aficionado. Y da mucha rabia, cojones. No ser capaz de capturar un mísero rebote, y que los rusos se hinchen a cogerte rebotes ofensivos. Que seas capaz de anular con faltas a algunos de los mejores hombres del Khimki, y dejes corretear suelto a su mejor especialista exterior. Es como el chiste de Eugenio: "¿Saben aquel que diu... que Spahija no sabe cómo atacar una zona?" Sería hasta gracioso si no estuviese basado en hechos reales.

Ya no es problema de que Roig ponga los duros encima de la mesa. Que la gente no olvide esto: si el señor Juan Roig se cansa y hace eso de "la pelota es mía y se acabó el partido", al garete con Pamesa. Pero sí hay que apuntar a alguien. O algo. Aunque sea a Pascualet. La responsabilidad del enésimo batacazo hoy en Turín es un peso que debe ser compartido por directivos con estrecheces de miras, un "coach" que no se cansa de hablar de su "esperiensia" y su categoría pero que no es capaz de gestionar los (poquitos) recursos que tiene, y una plantilla en la que se salvan dos o tres... como máximo.

La frase la dijo don Nacho Sapena hace unos días: "O Pamesa gana la Eurocup... o se come una mierda". Bien, nos hemos comido una mierda. Con el sabor de las heces aún en el paladar... ¿qué nos queda? Partiendo de la base de que este equipo es serio candidato a encajar un contundente 3-0 en play-offs (en caso de llegar, que eso todavía está por ver), nos queda el veranito. El sol, las olas, la fina arena de Valencia, las discotecas (¿verdad, Rubensito?) y los chiringuitos. En eso se ha convertido Pamesa en los últimos años: en un chiringuito al que se acercan trincadores de tres al cuarto, y que no ha encontrado todavía un mínimo de coherencia en su planificación deportiva. Siempre nos quedará la esperanza de que este verano sea el definitivo, y se apueste por un proyecto ganador. Los "cacaos" los pondría Roig en caso de estar en Euroliga... ¿los pondrá si no nos metemos ni siquiera en la infame Eurocup?

Pues eso... La misma historia de siempre.

PD. Y que conste que esto lo escribo desde el más absoluto enfado por haber perdido. Nadie se alegra de tener la Euroliga "a huevo" y a caer estrepitosamente. Pero como viene siendo habitual, parece que los últimos cinco partidos de la temporada serán un mero trámite hasta que llegue el ansiado verano. Y eso ya cansa. Cansa, hastía y da un sensación de "deja vu" que no veas en comparación con el verano pasado... y el anterior...

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