lunes, 29 de septiembre de 2008

Un "rajecillo", para que luego no me digan...


Una pequeña reflexión, para que luego determinados leprechauns aficionados a los coches deportivos me den "palos" por usar este blog como agenda. Huelga decir que esto lo hago por dos motivos: el primero, que servidor tiene "fans" a los que les interesa saber cuando trabaja (el tipo de gente que sean no cuenta: son aficionados, al fín y al cabo, y hay que cuidarlos); y segundo, que mi limitado intelecto y corta memoria me obliga a apuntarme en algún sitio los horarios de los partidos. Ya lo hacía el año pasado en mi otro blog, ¿por qué no en este?

Dicho esto, vamos al tema. Una de las cosas más gratificantes de haber estado tanto tiempo de prácticas en Las Provincias Televisión y en Las Provincias Punto Radio es saber que, al final, de algo ha servido. Entre otras cosas, para que me contraten. Un trabajo de verdad, un sueldo de verdad y una responsabilidad "de verdad". Pero del mismo modo que sé que se trata de una recompensa al trabajo realizado (con mayor o menor fortuna), también soy consciente de la enorme cantidad de "potra" requerida para que me tocase en suerte dicho trabajo.

En otras palabras: que para los estudiantes de periodismo y comunicación audiovisual, "la cosa está mu malita".

Es un problema generalizado entre el 95% de los estudiantes de estas carreras, tanto en la Universidad de Valencia como en el CEU. Y lo cierto es que quizá habría que preguntarse los motivos para tanta escasez de oportunidades laborales. El primero de ellos está diáfano como el cristal: una sobreoferta desmesurada y una demanda escasa como las máquinas de preservativos un sábado a las seis de la madrugada.

... vale, puede que no "tan" escasa.

Pero corta. Hay pocos puestos para una cantidad ingente de estudiantes. Estudiantes de todos los tipos y pelajes: desde "freaks" de los deportes hasta sabelotodos estirados amantes del cine de Renoir, pasando por las muchachas de buen ver que piensan que explotar su físico les resultará suficiente para lograr sus metas profesionales (y tienen más razón que un santo). También están los afortunados que han "nacido" para esto, personas-probeta diseñadas genéticamente para acabar siendo presentadora de informativos o periodista bocachancla, carne de tertulia rosa. Otros enfocan sus aspiraciones al ámbito de la producción, realización, montaje, grabación, etc. Algunos son unos descerebrados totales, que aspiran a muchas cosas y acaban por quedarse en el camino.

No obstante, la mayoría son como yo: gente consciente de que, o "espabila" pronto (y "pronto" significa "desde primero de carrera") o se va a quedar más tirado que una colilla. Gente ni excesivamente preparada, ni con ingentes conocimientos del medio, ni con un talento desmesurado. Pero nos lo tomamos en serio. Y nos buscamos la vida. He descubierto que casi todos mis compañeros de profesión acaban teniendo estas características comunes. Y creedme, cosas como la constancia, la necesidad de seguir aprendiendo cada día y "buscarte las habichuelas" son mucho más importantes que sacar matrículas en la carrera.

No pretendo dar lecciones a nadie. De hecho, estoy algo mosqueado. Soy consciente de que llegar a mi puesto de trabajo vino como fruto del trabajo, pero también de tener mucha "cuerna". Y no me parece justo. No me parece justo que los periodistas/comunicadores con una Licenciatura (recordemos, gente de "clase A" según la sociología, y que debería ocupar los puestos relevantes a nivel social con una remuneración acorde) cobren unos míseros 600 euros al mes. Ni que en cada redacción periodística, radiofónica o televisiva las plazas estén tan "fijas", los presupuestos tan ajustados, que para traer savia nueva tengas que "cepillarte" a la savia vieja.

Tampoco me gusta el trato y la dinámica creada en torno a los becarios en Valencia. Ni en Valencia, ni en ningún otro sitio. Una cosa es ir a un sitio a aprender, a que te enseñen en la práctica lo que has aprendido en un libro de texto o en unas fotocopias de clase. Pero de ahí a las tropelías que se cometen hay un trecho gigantesco. "He visto cosas que vosotros no creeríais", como dicen en Blade Runner. Hace falta tener la cara dura.


Ojo, y no hablo de mí. A nivel personal y profesional, la más absoluta felicidad. Llevo dos meses con contrato, y de momento no tengo ni una sola queja. Un jefe que sabe lo que hace, compañeros con los que mantengo una excelente relación, un trabajo que me gusta... Ni un "pero". Pero no por que a mí me hayan salido cartas buenas en una partida, debo dejar de denunciar a los que juegan haciendo trampas.

En Valencia, a nivel general, el mundo de periodismo deja mucho que desear a nivel organizativo y laboral. No soy el primero que lo dice. Tampoco seré el último. Pero lo que está claro es que nada va a cambiar si todos nos callamos y aquí nadie hace nada. Eso de "no odies al jugador, odia al juego" no es aceptable. Los chavales de 18 años siguen currándose unos expedientes intachables, una Selectividad perfecta para conseguir ese ansiado 8,2 que les de acceso a la carrera de Periodismo o Comunicación Audiovisual que tanto desear cursar. Luego, se topan con la cruda realidad. Qué putada.

7 comentarios:

V Molins dijo...

Pero es igual en casi todos los ámbitos. Hay mucho licenciado y pocos puestos... Con lo cual, o tragas o te cambian por otro al segundo.

Juan Al dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan Al dijo...

y añado... lo que pasa es que también sale cada licenciado de nuestras aulas.... que mejor no hacer comentarios acerca de su nivel porque no debieron ni dejarles entrar por mucho ocho y pico que tuviesen en las PAUs (y no hablo de comunicación audiovisual, lo hago en general).

Nacho Sapena dijo...

Compruebo con satisfacción que mis célticas hondas han dado de pleno en la creste del pollo (es broma, Paco).

¿Os quejáis? Pues ni os cuento de los que llevamos en esto 20 años y cobramos ahora menos que cuando empezamos. De nada sirve el currículum ni la experiencia. Las empresas periodísticas sólo buscan becarios dispuestos a tragar con lo que sea (horarios infames, jefes despóticos con menos cultura que un botijo roto...) para hacer caja a fin de mes.

No quiero descorazonar, pero es lo que hay.

Saludos célticos

Paco Polit dijo...

Joer Sapena, cada vez que hablas me deprimo más, sube el pan y Solbes está más cerca de ahorcarse en el salón de su casa...

Para que veas que escucho a mis críticos!

Nacho Sapena dijo...

La crítica es la base de la evolución, y todo cambio evolutivo deja huellas indelebles en forma de cadáveres en el camino.

¿Deprimido? Nunca mais.

Dani Meroño dijo...

PACO! uno de los mejores artículos que he leido últimamente! tienes toda la razón del mundo!!!!