domingo, 26 de agosto de 2012

NipponValencia2012 (I): Introducción


Estamos de vuelta.

Mes y medio da para mucho. Por ejemplo, para recorrer casi 24.000 kilómetros y descubrir que, lamentablemente, vivimos en un país subdesarrollado en comparación con otras culturas y sociedades. Por ejemplo, la japonesa.


No es un reproche, no me malinterpretéis. Los españoles somos como somos, "somos asín", cenit de un proceso evolutivo de cientos de años de picaresca, vaguería y mala uva en general trasladada a todos los ámbitos: cultural, económico, social y, especialmente en los últimos treinta años, político. El anónimo autor del "Lazarillo" no pudo reflejarlo mejor. Somos el equivalente a un bebé dando titubeante sus primeros pasos mientras otros países hace tiempo que alcanzaron la adolescencia o, como en este caso concreto, una madurez plena y sostenible.

Japón es un país que, más allá de su lógico exotismo, encierra múltiples lecciones para cualquier españolito que, como ocurrió en nuestro caso, se atreve a penetrar durante un par de semanas en su ambiente cálido y arraigado en costumbres ancestrales. Por ello dividiremos el repaso en varios capítulos, para poder centrar y organizar de forma más o menos coherente 21 días de sensaciones, descubrimientos y hallazgos sorprendentes de la que es, sin duda, la sociedad más avanzada del mundo moderno.


Los integrantes de la expedición fueron los siguientes: un periodista (no es difícil imaginar quien), dos farmacéuticos, un ingeniero de caminos, un odontólogo, dos arquitectos y un amigo de la infancia que nos sirvió como fantástico guía durante gran parte de la aventura. Nakamura-san merece ser el primer apunte destacado de nuestro repaso: sin el, la experiencia no hubiese sido ni de lejos tan satisfactoria. Arigato gozaimasu, Nakamura-san!

A lo largo de tres semanas, recorrimos el eje este-oeste de la isla nipona con la inestimable ayuda del shinkansen ("tren bala") y con varias paradas: Tokyo (base de operaciones la primera y la tercera semana), Hiroshima (con el A-Bomb Drome como "highlight" más destacado), Nara (hogar del Gran Buda en el Templo Todaiji), Osaka, Kyoto (antigua capital del país), Yokohama... Norte y sur del país quedan pendientes para un futuro retorno que, a día de hoy, nos encantaría realizar.

Templos. Animales al aire libre. Multitudes y aglomeraciones imposibles de cuantificar. Naturaleza en los rincones más insospechados. Tradición y tecnología, conviviendo en armonía. Gentes afables y extremadamente civilizadas. Cultura "freak" aceptada socialmente. Hostales "clásicos" y hoteles-cápsula. Un ritmo de vida frenético en las grandes urbes. Esto es, en cuatro líneas, lo que el país tenía para ofrecernos. Poco a poco os lo iremos desgranando por aquí. ¿Os venís?

2 comentarios:

Álvaro Martínez @alvarom dijo...

Me apunto! ;)

TJ dijo...

Mi viaje soñado.. claro que seguire la serie... sin duda!!...