domingo, 4 de diciembre de 2011

Critweetca: Origen ("Inception", Christopher Nolan, 2010)

Origen: Ni siquiera Di Caprio es capaz de hundir esta película. Que deje el cine de una vez, ese sí que es un sueño para muchos...
Cosas de la vida, hasta hace poco sólo había podido disfrutar de esta peli en el cine en una ocasión. Me dejó rumiando, como viene siendo habitual en todo lo que dirige Christopher Nolan más allá de sus Bat-películas. Por obra y milagro del Blu-Ray (¡cúanto tiempo he vivido en la ignoracia, por Dios!) recientemente he podido echar un vistazo algo más analítico a la, hasta el momento, última obra del cineasta británico.

Y la verdad es que "Origen" soporta, e incluso agradece, un segundo visionado. Es imposible hacer una sinopsis resumida debido a la complejidad de la trama, pero más o menos vendría a ser lo siguiente: una banda de "ladrones en sueños" persiguen implantar una idea en la mente de un multimillonario empresario, mientras su líder se debate entre la realidad y un mundo onírico en el que todavía conserva a su esposa fallecida.

¿Lo bueno? Prácticamente todo. Para empezar, una banda sonora absolutamente imprescindible a cargo del maestro Hans Zimmer ("Gladiator"), que mezcla temas potentes con la guitarra de Johnny Marr (sí, el de The Smiths) con melodías pausadas, reposadas, propias del mundo onírico que predomina durante todo el metraje. Como regalito, iremos desglosando algunas de ellas durante este ratito de lectura, como por ejemplo, el tema principal...


Si bien es cierto que la acción es un componente importante de "Origen", la profundidad del argumento hace que secuencias más que bien resueltas (esa pelea en gravedad cero en el hotel, la persecución en la furgoneta, el asalto al fortín en la nieve...) pierdan parte del impacto al estar más pendientes de las percipecias de Cobb (Leonardo Di Caprio, "Titanic") y su equipo, sus desavenencias en ciertos momentos y la complejidad de la operación que llevan a cabo: un sueño, dentro de un sueño, dentro de un sueño... y así hasta el infinito.


Es una verdadera lástima que, con lo bien dibujadas que están las personalidades de algunos de los miembros del equipo, sea precisamente Cobb el elemento más flojo de este. Es el caso de la arquitecta Ariadne (Ellen Page, "X-Men: La Decisión Final") y su inocente mirada sobre toda la operación; Arthur (Joseph Gordon-Levitt, "(500) Días Juntos"), mejor amigo de Cobb cuyos recursos y aplomo sorprenden en todo momento; Eames (Tom Hardy, "RocknRolla" y próximamente Bane en "The Dark Knight Rises"), el encargado de la artillería pesada, la caracterización y el disfraz; e incluso el personaje de Saito (Ken Watanabe, "El último Samurai"), enemigo en primera instancia pero que quizá sea el jugador cuyas motivaciones son más evidentes en todo el relato.

A la postre, la principal tara de "Origen" reside en confiar en que la trágica historia de Cobb (Di Caprio) y su esposa Mal (Marion Cotillard, "La Vida en Rosa") tiene el "gravitas" y peso suficiente para centrar el interés de un espectador cuya boca lleva abierta desde los primeros minutos de metraje. La atención está distraída en el mecanismo de funcionamiento del mundo de sueños ideado por Christopher y Jonathan Nolan, por sus reglas y particularidades, dejando a un lado al que, al fín y al cabo, es el personaje central de la historia. Algo, por otra parte, muy habitual en la filmografía de Di Caprio: sus películas más aplaudidas son, precisamente, aquellas en las que el elenco de personajes secundarios refuerzan el impacto del personaje principal. "Titanic", "El Aviador" o "Shutter Island" me vienen a la mente.


Visualmente, "Origen" es un escándalo. Es una de las ventajas de tener bien asidas las riendas de la Bat-franquicia: Nolan cuenta con un presupuesto gigantesco por parte de Warner Bros para plasmar en pantalla las ideas más descabelladas e imposibles (esa ciudad que se pliega sobre sí misma, las paradojas en las escaleras, la explosión fragmentada de una calle entera mientras el soñador se despierta...) que a cualquier otro director se le negaría. Hay que cuidar al artífice del éxito del "reboot" del Caballero Oscuro, por lo que tanto "Origen" como "El Truco Final" pueden considerarse el caramelo que la Warner ofreció a Nolan a cambio de crear otro rompetaquillas a renglón seguido.

Se agradecen las películas innovadoras y que arriesguen en un panorama desolador en lo que al cine respecta. Y si a una idea original se la añade una factura técnica exquisita, una gran banda sonora, un reparto potente y un final ambiguo, te queda un ejemplo de lo que los espectadores debemos exigir a cambio de los diez euros de media (entre entrada y palomitas) que cuesta ir al cine en pleno 2011. Ni más, ni menos.

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