jueves, 1 de diciembre de 2011

Critweetca: El Truco Final ("The Prestige", Christopher Nolan, 2006)

El Truco Final: Lobezno es más "bon xic" que Batman, pero Batman es infinítamente más astuto que Lobezno. ¿Y Scarlett? Bien, gracias
La cercanía del 16 de diciembre, cuando algunos privilegiados podrán ver el prólogo de "The Dark Knight Rises" (me niego a escribir aquello de "La Leyenda Renace"...), me ha obligado a activar mi "modo Christopher Nolan" y a revisar algunas de las películas que el director británico completó entre aventura y aventura del Caballero Oscuro. Tras "Batman Begins", Nolan sorprendió a todos con una historia atípica, ambientada a principios de siglo XX y contraponiendo a dos actores conocidísimos por sus papeles de superhéroe en otras obras.

Porque "El Truco Final" (le pega más "El Prestigio", pero ya sabemos cómo se las gastan las distribuidoras en nuestro país) fundamenta gran parte de su metraje en la rivalidad existente entre los magos encarnados por Christian Bale ("American Psycho") y Hugh Jackman ("X-Men"). El primero (Borden), brillante en la ejecución pero poco hábil para vender su magia; el segundo (Angier), menos dotado para el arte pero un maestro de la puesta en escena. Ambos arrancan el filme siendo amigos, pero pronto la trama gira hacia el enfrentamiento tras un trágico acontecimiento en pleno escenario con la mujer de Angier (Piper Perabo, "El Bar Coyote") como protagonista.

Nolan centra su atención en la personalidad de ambos, a través de un enrevesado juego de "flashbacks" y saltos temporales que siempre ha acompañado al director inglés a lo largo de su filmografía. Por eso quizá le cueste al espectador menos avezado seguir con atención el hilo de la historia, contada la mayor parte del tiempo desde dos perspectivas que se complementan y a la vez anulan. El juego de dualidades (el hombre arisco contra el afable, el anárquico contra el tranquilo, el mujeriego contra el fiel...) acompaña a Bale y Jackman durante todo el metraje, con esporádicas intervenciones de Michael Cane ("Batman Begins"), Scarlett Johansson ("Iron Man 2") y David Bowie (caracterizado como Nikola Tesla) que salpimentan el conjunto.

Ambos cumplen en su papel. Se trata de personajes complejos, pero accesibles. Jackman está especialmente acertado en un rol más dramático de lo que nos tiene acostumbrados. En el otro extremo, quizá al esperar más por su parte, decepciona ligeramente Bale con su retrato de Borden, un genio que parece ir por delante de su competidor en todo momento y al que se le podría haber sacado mucho más jugo.

Técnicamente, la película es notable en todas sus facetas salvo quizá en la banda sonora, algo por debajo de lo habitual en los filmes de Nolan. Estéticamente la película presume de una limpieza e iluminación algo disonante respecto al momento histórico que refleja, aunque este tipo de licencias también son muy habituales en Nolan. La historia decae en interés en algunos tramos, aunque sus últimos diez minutos son una auténtica virguería, tanto por la complejidad de lo que vemos como por la enorme cantidad de dilemas morales y éticos que nos pone sobre la mesa. Unos dilemas que, en el caso de los dos protagonistas principales, parecen carecer de importancia. Y el final... Sólo diré que te deja rumiando un buen rato. Como debe ser.

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