martes, 29 de mayo de 2012

Fín de ciclo


Finales de mayo. Termina la temporada radiofónica deportiva, prácticamente al mismo tiempo que lo hace la futbolera. La Eurocopa, amistosos y pachangas veraniegas servirán para paliar puntualmente las ansias de goles del respetable durante los próximos meses, aunque no puede compararse ni de lejos a la rutinaria emoción de la competición liguera servida en dosis semanales. 

La temporada se consume, y con ella gran parte de los contratos de prácticas en el mundillo de los medios de comunicación. Tras tres, seis meses, un año de trabajo (casi nunca remunerado), llega el 30 de junio y la misma cantinela se escucha en los despachos de los directores de emisoras, periódicos o televisiones: "Buen trabajo, chaval". "Te lo has currado". "Gracias por todo". Y, por regla general, un cruel y aséptico: "Cierra la puerta al salir"

Si bien es cierto que la crisis aprieta para todos y ahoga a la mayoría, habría que señalar que pocas "profesiones" son tan ingratas como la de becario, sea en el ámbito que sea. A la postre, la formación profesional en cualquier trabajo sirve principalmente para que aprendas, a machamartillo, la máxima laboral fetiche del siglo XXI en España: encontrar trabajo es una cuestión de suerte, de que la fortuna esté de tu lado en el momento adecuado y en el lugar oportuno. 

Es triste, es duro, pero es la realidad: puedes ser válido, competente, trabajador, responsable, estar implicado en la empresa, creer ciegamente en el proyecto... e, igualmente, no comerte "un torrao". Si a todo eso no lo acompaña un golpe de serendipia a tu favor, difícilmente cambiarás tu estatus a trabajador remunerado. Así ocurrió conmigo. Así ocurre siempre

Después, llega la incertidumbre. En radio, prensa y televisión, al menos. Los más bisoños tienen la posibilidad de pedir un nuevo periodo de prácticas, y el ciclo se renueva. Otros, en cambio, agotan su etapa universitaria y conocen el vértigo a una edad temprana: menos de 25 años, una licenciatura bajo el brazo, experiencia limitada y sin expectativas en un mercado laboral increíblemente desigual, con un flujo alto de individuos en sus estratos más bajos y un inmovilismo que asusta en los puestos de responsabilidad. Los que mandan son siempre los mismos, llevan años anquilosados en su poltrona y pocas veces se esfuerzan por adaptarse a los nuevos tiempos. "¿Facebook? ¿Twitter? ¡Que se encargue el becario, que para eso está!". Un drama. 

En ocho años me he topado con gente joven, ilusionada e ilusionante por su enorme potencial. Estudiantes en su tercer, cuarto o quinto año de carrera a los que foguear en la realidad que nos ha tocado (sin)vivir. A todos ellos ha tocado explicarles, con mayor o menor vehemencia, que el sistema es una puta mierda, pero que nadie es tan especial para saltarse el "stablishment" imperante en los últimos veinte años. Que currarán, crecerán, aprenderán una barbaridad, pero nadie puede asegurarles un futuro laboral luminoso y feliz

A todos ellos, después de "La Charla" (TM), la decepción les invade el rostro. 

Y pocos segundos después, contestan lo que contesté yo en su día: "Bien. ¿Cuándo empiezo?" 


PD. Post dedicado a Cris, Natalia, María, Jose, Clara, Óscar, Carlos, Carmen, Vicente, Alex, Luis y Javi. ¿Becarios? Mucho más que eso: compañeros y amigos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias x acordarse d los becarios que pasamos por alli, una excelente experiencia con gente muy excelente. Y vivi in ascenso del levante!

Un fuerte abrazo amigo! Carlos gallardo

Paco Garcia Polit dijo...

@Carlos

Todos sois gente TOP que ha pasado por aquí ;)

Un abrazo crack!