domingo, 13 de julio de 2008

"Mañana firmamos... y, si no, el lunes"

A estas alturas, la frasecita de las narices me tiene más que harto. Al igual que toda la masa social levantinista, he alcanzado un punto de hastío tal, tan grande, tan enorme... que me importa un comino todo.

La parodia nacional está alcanzando en el Levante UD cotas inimaginables en los últimos dos meses. Primero, con las manías persecutorias del "Tito" Villarroel, enrocado en su castillo y empeñado en evitar a toda costa que Antonio Blasco (acompañado por Gabriel Martínez) llegara al club como nuevo mandamás. Y luego, con el tan cacareado grupo inversor de chiste que llegó del Sur, capitaneado por Tomás Carmona y Salvador Villena: dos personajes cuya credibilidad cae en picado conforme pasan los días.

¿Por qué demonios tiene un club con 99 años de existencia que aguantar a toda esta retahila de impresentables? Casi un cuarto de siglo después de su llegada a la entidad, no vamos a negar que con Villarroel se alcanzó de nuevo la Primera División, por lo que su gestión podría considerarse relativamente aceptable en el plano deportivo. Pero ya en su día hablamos del tremebundo agujero negro que ocupa ahora el lugar donde antaño se apilaban fajos de billetes: las arcas del club. ¿Qué fue de los 50 millones de euros conseguidos de la zona terciaria hace cinco años? ¿Por qué la deuda actual supera ampliamente los 60 millones de euros? Uno de los efectos colaterales de la llegada de los nuevos dueños es que, por desgracia, puede que nunca conozcamos con exactitud las cuentas del club. Y por extensión, nunca podamos sacar a Villarroel a la palestra para preguntarle lo obvio: ¿dónde leches está la pasta, Pedro?

Carmona y sus compinches parecen cortados por el mismo patrón que Don Pedro. Desde el primer momento sus trapicheos, sus cambios de fechas, excusas baratas, explicaciones poco convincentes y retrasos a la hora de poner los billetes encima de la mesa han provocado en el levantinismo un recelo más que comprensible. "Estos son unos piratas", me decía el otro día un "granota" sexagenario, ya curtido en estas lides. Desde luego sus credenciales, su supuesta liquidez, parece en estos momentos más ciencia ficción que pura realidad. Y su pretensión de paciencia por parte de la parte vendedora y de toda la afición, su "mañana se firma... o al día siguiente"... qué quereis que os diga, me da mala espina. Muy mal rollo.

A Carmona le crece la nariz conforme pasan los días; Julio Romero sigue erre que erre, echando balones fuera y haciendo un verdadero "papelón" ante unos jugadores y empleados que hace tiempo dejaron de luchar, y ya parecen resignados a no cobrar; y el aficionado del Levante suelta una lágrima cada día, indignado por la poca vergüenza de sus dirigentes, harto de tanta mentira y rabioso por la situación actual del club de sus amores. Un club casi centenario, con una historia detrás, un sentimiento que ninguno de sus actuales gestores comprende ni respeta. Están hasta el gorro. Estamos hartos. Carmona, déjate de tonterías y firma de una puñetera vez. Haz realidad los cientos de promesas que salen de tu boca cada día. El Levante no se merece esto.

PD. Y no quiero hablar de esa teoría, a la que me adscribo plenamente, que dice que Villarroel está detrás de todo. Algunos creemos que Pedro quiere hacer la del Burgos en 2001 (enviar a un supuesto "comprador" falso a negociar con un club en problemas... y desestimar la operación a última hora), pero con su propio equipo. Sería demasiado mezquino si fuera verdad, pero... Villarroel es capaz. "¡El Levante soy yo!", ha dicho más de una vez. Alguien tan egoísta es capaz de hundir al club con él, antes que cederlo a otra persona.

3 comentarios:

Nacho Sapena dijo...

Y da gracias que al Levante UD no ha llegado ningún Villalonga...

www.checheche.net dijo...

Bonico, con un par de euros y una de bravas me venden a mí el Levante?

Little

Álvaro Martínez @alvarom dijo...

Como dice el gran Albert Plà: "Mañana la dejo, mañana la dejo..."