sábado, 12 de julio de 2008

Sonrisas y lágrimas


Igual que sucedía con la familia Von Trapp, estos últimos días están siendo bastante "moviditos" en el Valencia CF. Y con el título de la película que encabeza esta reflexión podemos asignar a cada uno de los protagonistas de la actualidad valencianista sus motivos para reír... o para llorar.

Los que sonríen. Por descontado, Villalonga está haciendo uso exhaustivo de su "sonrisa Profident" durante la última semana. No es para menos: en los tres días que ha estado en Valencia, ha habido más movimiento que en los últimos dos años. JV va a revolucionar el club y, lo más importante, inyectarle dinero en grandes dosis a través de dos importantes operaciones financieras. La primera, un crédito de 400 millones de euros que arreglaría el desaguisado perpetrado por Juan Soler en las últimas temporadas (con una comisión del 2,5% para el nuevo Consejero Delegado, es decir, 10 millones de euros para los bolsillos de Villalonga). La segunda, una ampliación de capital que se realizará en breve y cuya repercusión irá, sin duda, mucho más allá que una mera forma de generar recursos económicos. En la sombra, Soriano espera...

También Unai Emery está como unas castañuelas. El hombre llegaba a Valencia a sabiendas de que era más que probable que ni Silva, ni Villa ni Joaquín estuvieran en la plantilla de la 08-09. Y ahora se ha encontrado con que no sólamente se va a tratar de retener a toda costa a los "cracks", sino que el nuevo mandamás ché tiene pensado traer refuerzos para hacer "un Valencia campeón". Casi lo mismo a que te toque la Bonoloto, vamos.

Pero quizá el hombre más contento de todos sea el propio Juan Soler. Al delegar en Villalonga, Johnny Katanas se quita el muerto de encima, evita cualquier tipo de responsabilidad/crítica y, lo que para él es más importante, sigue como propietario del paquete accionarial mayoritario, condición indispensable para poder "salir en la foto" cuando el Nuevo Mestalla sea inaugurado en una fecha indeterminada del año que viene. Eso sí, Soler se desmarca del club dejándolo en una situación de quiebra técnica, con casi 300 millones de euros de deuda y serios aprietos económicos. ¿Motivo para sonreír? No lo creo.


Los que lloran. Juan Sánchez está, según sus propias palabras, "muy cabreado". El principal damnificado de la llegada de Villalonga hasta el momento, el secretario técnico del VCF ha visto como hasta la portera de la Ciudad Deportiva de Paterna se reúne con el nuevo "boss", mientras él es ninguneado. La más que posible llegada el club de Xavier Azkargorta como brazo ejecutor de Villalonga en la parcela deportiva tampoco ayuda demasiado a suavizar las cosas. Puede que el inmenso "marrón" de aligerar la plantilla le esté pasando factura al bueno de Sánchez, que no ha podido evitar que el lunes Unai Emery vaya a comenzar la pretemporada con más jugadores de los deseados en nómina.

Habría que preguntarse si efectivamente es bueno que Villalonga traiga tantos "asesores" y no tenga en cuenta a la gente de la casa. El de Aldaia lleva trabajando desde hace dos meses en la configuración de la plantilla. Su relación con Emery es muy buena, y decisiones como las de romper el tope salarial para intentar retener a Silva y Villa demuestran que sabe hacer las cosas bien. La clave puede estar en el trabajo conjunto que Sánchez y las personas que vengan lleven a cabo. Lo que está claro es que el poco tacto demostrado hacia el secretario técnico es uno de los primeros errores de Juan Villalonga en su desembarco en nuestra ciudad. Eso sí, fácilmente subsanable.


Los que ríen (pero deberían llorar). Miraba el jueves con incredulidad las fotos mostradas en la página web del Valencia CF, con el Consejo de Administración flaqueando al nuevo gestor de los recursos del club. Todo alegría, todo sonrisas, ni una mala cara. A la salida de las oficinas del club, el propio Alberto Martí (responsable de la parcela económica) declaraba estar "aliviado" por la llegada de sangre nueva a la entidad. La pregunta es obligada: ¿por qué sonríen los directivos, con Morera (en la foto) a la cabeza, tras la llegada de Villalonga... si van a ir todos "per l'aire"?

Alberto Martí en el área económica, Jesús Wollstein en la de comunicación, Agustín Morera y su presidencia "florero"... Todos, en mayor o menor medida, son responsables del declive deportivo, social y económico que ha vivido el club de Mestalla. Y, sin embargo, sonríen. ¿Es que no les queda una pizca de dignidad? Hace tiempo que las dimisiones deberían haberse producido, por lo que no es un tema a tratar. Pero ni una mala cara, ni un sólo gesto de resignación... De acuerdo, es posible que la procesión vaya por dentro. Pero personalmente esperaba mucho más de gente tan "valencianista" al saber que no van a continuar en sus cargos. Claro, que teniendo en cuenta el blindaje contractual de algunos de los directivos y la indemnización millonaria en caso de ser fulminados, más de uno estará deseando ser "kataneado" cuanto antes. Así le va al Valencia...

2 comentarios:

www.checheche.net dijo...

Bonico... por qué protegéis a Juan Sánchez si lo primero que hizo tras llegar al cargo fue pirarse a jugar al futbito con amiguetes veteranos de por ahí en vez de ponerse a trabajar?

Little

Paco Garcia Polit dijo...

@Little: Quizá por la "ley de los opuestos": cuando el Romario de Aldaia le daba a la pelotita, yo le rajaba una barbaridad. Ahora que le conozco personalmente, me parece un buen tío, honesto y que se atrevió con un "marrón" que nadie qquería aceptar. Como mínimo, un poquito de respeto.

Y lo de los veteranos... No me digas que no te has echado un bolo con los amigos cuando tenías que estar trabajando, con la novia, con tus padres, etc. ¡Lo hacemos todos!