lunes, 14 de noviembre de 2011

Critweetca: Las Aventuras de Tintin: El Secreto del Unicornio (Steven Spielberg, 2011)

Tintin: La animación CGI se inventó para películas como esta. Espectacular y luminosa. ¿Fidelidad al cómic? Pregunte en la otra ventanilla.
No se sorprenderá nadie a estas alturas si rescato mi afición al cine en este estúpido espacio para hablar brevemente de las películas que el trabajo me deja tiempo para disfrutar. Pretendo combinarla, además, con las "critweetcas" que suelo espolvorear de vez en cuando en Twitter: una impresión fugaz en 140 carácteres de lo más destacable del film en cuestión.


En el caso de Tintín, y al contrario que muchos "enterados" que por obra y gracia de la Wikipedia parecen conocerse de cabo a rabo cualquier detalle del personaje creado por Hergé, no me duelen prendas en reconocer que nunca he sido un "fan letal" del mismo.

Sí, habré leído unos diez álbumes de la colección (me vienen a la mente "El Asunto Tornasol" o "Tintin en la Luna", por ejemplo; vi en su día la serie de dibujos animados por televisión (en España creo que se emitió a principios de los noventa) y personajes como el Capitán Haddock o Hernández y Fernández no me resultan desconocidos. Doy el perfil más básico: se que Tintín es periodista (más bien "reportero"), que en cada aventura va acompañado de Milú, que tiene la lupa siempre a mano y, si mi memoria no me falla, que no era habitual verle con un arma de fuego.


Con todo esto en cuenta, la película coge los tres o cuatro elementos más reconocibles de las novelas gráficas y los usa para contar, básicamente, una película de "Indiana Jones". Tal cual. Spielberg y Peter Jackson (productor de la cinta) han querido dar a conocer un personaje eminentemente europeo al público norteamericano, y ello implica dotarlo de los tópicos más habituales: ingenio cuasi sobrehumano, aptitudes físicas más propias de un practicante de "parkour" callejero, puntería con la pistola propia de medallista olímpico... Tintin pasa de ser un reportero apocado y curioso a todo un "action man". Es el signo de los tiempos.

Estéticamente, la película es una maravilla. En este aspecto cobra pleno sentido el uso de la captura de movimientos para recrear a los personajes y así poder enmarcarlos dentro de un mundo 100% digital. La cantidad de detalles es abrumadora, y pese a que la tecnología no logra reproducir al 100% la figura humana, la barrera cada vez está más cerca de cruzarse. Para muestra, dos botones: el comportamiento del perro Milú durante todo el metraje (muchas veces me he sorprendido prestando más atención a lo que hacía el can que al resto de la escena), y el personaje del capitán Haddock, al que Andy Serkis (voz y actor que daba vida a Gollum hace diez años en la saga de "El Señor de los Anillos") dota de una mímica, gestos y manierismos francamente divertidos.


Con todo, la hora y media de "Tintín" se pasa volando, de escenario en escenario mientras nuestro intrépido reportero trata de resolver un misterio que, siendo sinceros, tampoco tiene demasiada "chicha". El uso del 3D es uno de los mejores que he visto, comparable a ver "Avatar" por primera vez. Las escenas de acción son impresionantes (atención a la que se desarrolla a la salida de un palacio en el desierto marroquí), frenéticas, rodadas en algunos casos en un sólo movimiento de cámara (sin cortar el plano en ningún momento) que demuestra el grado de virtuosismo que pueden alcanzar directores como Spielberg y su ejército de animadores CGI cuando disponen de las herramientas adecuadas. Salvo las incongruencias con el espíritu del cómic original, un par de errores en el doblaje al castellano y un bajón en el ritmo de la película en el tercer acto, "Tintin" tiene todos los ingredientes para ser un rompetaquillas de fácil digestión y que agradará a niños y mayores de toda Europa. Tal y como ha sido concebida, no me extrañaría que en EE.UU. ocurriese lo propio.

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