martes, 14 de octubre de 2008

Escándalo


Me quedo sin palabras a la hora de recordar el atraco que sufrió el Levante UD el pasado domingo en el Ciutat de Valencia. Por cosas que no vienen al caso (que a Canal Nou no le sale de los mismísimos echar los partidos de los granotas por la tele), no pude ver exactamente lo ocurrido... pero me fío de mi instinto.

Y mi instinto me dice que Pino Zamorano es el peor árbitro de todos los que pululan por la Segunda División española, que es como decir que una patada en los genitales duele más que un puñetazo en la cara: ambos asuntos son muy desagradables, pero uno es más dañino que el otro. Me fío de mi instinto, pero también de Jose Molins (que estaba en el estadio) y de lo que publica Miguel Ángel Vara en su blog. Atención a lo que dice uno de los mejores en esto de juntar letras en nuestra ciudad:


Para los que no lo vieran que serán muchos dado el apagón informativo que sufre el Levante, cuyo descenso le ha venido de maravilla a muchos medios que lo consideraban un estorbo, recordaremos que Pino Zamorano, en teoría árbitro, en la práctica un inútil con silbato, pitó dos penaltis en contra y expulsó dos jugadores del equipo local, en este caso el Levante. Creo que jamás se vio un expolio similar, recuerdo un Levante-Badajoz con dos o tres expulsiones pero un solo penalti (que marcó el pacense Bracamonte, ahora en el Moscú FC), pero dos penaltis... y encima ambos muy dudosos por no decir absolutamente injustos. Hace falta ser patán para arbitrar tan mal, para hacerlo todo al revés y perjudicar tan gravemente a unos profesionales que se dejan los cuernos. Ayer fue al Levante, mañana será a otro porque lo de Pino...cho no es nuevo, era dañino en Primera, lo es en Segunda y lo será en cualquier categoría que arbitre. El cáncer arbitral es uno de los problemas que nadie en el fútbol se atreve a atajar por miedo a las represalias, ni a buscar soluciones de tipo tecnológico que, por ejemplo, hubieran demostrado que el primer jugador del Girona se tira y el segundo se escurre, vamos, que no fue penalti ninguno de los dos, ni expulsión. Pero aquí todo da igual, este individuo seguirá pitando y llevándoselos calentitos y a joderse los de siempre.


Tras esto, poco más se puede añadir. Ayer este personajillo con apellido de árbol (me extraña que no se llame "Alcornoque", por burro) acabó su INFAME actuación echando un camión de sal sobre la herida que él mismo causó, redactando un acta incendiaria y, según atestiguan muchas de las personas implicadas, con inexactitudes... o directamente, mentiras.

Para ver lo más interesante del acta arbitral del Levante-Girona, te recomiendo que visites esta entrada en el Blog de Deportes de LP Punto Radio.

Y, tras haber soltado lastre, me marcho a escribir. ¡Chau!

2 comentarios:

Juan Al dijo...

Pues al final del mal el menos porque las anciones han sido mínimas (en comapración con lo que podría haber pasado)

Paco Garcia Polit dijo...

@vecino Little: El problema es que no existe cantidad de dinero en el mundo para pagarle a este tío un cursillo de arbitraje, de lo malo que es. Los profesores acabarían frustrados a los 10 minutos de darle clase a este tipejo!