domingo, 11 de mayo de 2008

El cénit de la caradura


Hace falta tener valor, por no decir un exabrupto mucho más grave. Una "jeta" del tamaño de un transatlántico, tan grande como el ridículo espantoso que está haciendo el Levante UD esta temporada a ojos de todo el panorama futbolístico nacional. Y todo, por culpa de una persona. Sólo una.

Antes del partido frente al Deportivo (en el que se vio una de las imágenes más bochornosas de la temporada, con unos jugadores que se plantaron y exigieron de esta manera cobrar lo que se les adeuda) ya pudimos ver un preludio de lo que sucedería apenas veinticuatro horas después: Javier Navarro, portavoz del Consejo de Administración, y Luis Manuel Rubiales se enzarzaron en una disputa verbal en las afueras del hotel de concentración del equipo en La Coruña, apenas una hora antes del partido. El directivo llegó a amenazar con la posibilidad de la dimisión en pleno de la directiva y la aplicación de la ley concursal al club, con lo que los jugadores no cobrarían la totalidad de sus sueldos.

El día siguiente fue de locos: primero, con la rueda de prensa tras el entrenamiento en la que Rubiales habló nuevamente de "consejeros y consejerillos". Y, tras la comparecencia en La Calderona, los jugadores se liaron la manta a la cabeza, montaron en sus coches y se plantaron en las oficinas de Cofiser, empresa de Pedro Villarroel. Allí pudieron interceptar al antaño máximo accionista y dueño "oficioso" del club, a quién pidieron explicaciones por la situación. Ante los jugadores, Villarroel se quitó la careta definitivamente: insultó y denigró a Armando ("¿y tú, tú quien eres?", le dijo al joven central), uno de los que peor lo está pasando al estar jugando en Primera con un sueldo del filial; y con Rubiales tuvo el surrealista intercambio de palabras que acabó en un "iréis todos al infierno".

Por la tarde, el día más largo para los jugadores del Levante acabó bajo la lluvia, protestando junto a aficionados y algunos representantes del SAM frente al Ciutat de Valencia. Se echó en falta mayor presencia de socios y abonados granotas, pero los que había dejaron bien claro el mensaje: que los jugadores cobren, que la Junta Directiva se vaya y que Villarroel se largue del Levante de una vez por todas.

Hace falta tener "morramen", como diría un conocido predicador de las ondas valencianas, para hacer lo que hizo Don Pedro el pasado jueves. Primero, escapando como una comadreja en cuanto se enteró (por cierto, un "soplo" procedente de dentro del club que le dijo algo así como "Pedro, los jugadores van a por tí") de lo que se venía encima; y después, una vez acorralado, insultando a los jugadores, tomándoles el pelo y afirmando que él ya no pinta nada en el Levnte. Cuando todos sabemos que él es el que ha llevado al club a la quiebra económica y deportiva. Mintiendo y dando largas, engañando hasta el final. A estas alturas, uno cree haberlo visto todo en el mundo del fútbol. Pero cosas como la protesta del pasado miércoles en Riazor, y todo lo ocurrido el día siguiente en nuestra ciudad. Y mientras, algunos se empeñan en negarlo todo. Hace falta tener la cara dura.

1 comentario:

www.checheche.net dijo...

Los jugadores del Levante lo mejor que podrían hacer es buscarse un nuevo destino y dejar que todo lo de sus deudas se dilucide en los juzgados. Esperar cobrar las deudas enteras a estas alturas es poco menos que imposible.

Little