viernes, 8 de agosto de 2008

El Repre y la Tierra



Amigos, no estamos actuando de la forma correcta. ¿No se dan cuenta de que estamos poniendo en peligro una de las especies más hermosas y, al mismo tiempo, más salvajes que pueblan nuestros parajes hispanos? Tomen conciencia de la situación: esto no puede seguir así mucho más...

El verano los atrae. Huelen el dinero, la pasta, la "panoja"; escuchan agazapados, en silencio, el sonido de las monedas al caer. Luego, se arrastran de manera imperceptible por la hierba, atraviesan largas distancias a una velocidad inusitada. Empujados por el rugir de sus tripas y por el símbolo de Euro que les brilla en los ojos, cruzan el país... en dirección a Valencia.

Las diferentes especies de Repre salvaje no atienden a razones, ni se conforman con obtener un "no" por respuesta. Su apetito es voraz; su sed de comisiones, insaciable. Es de una hermosura casi poética observar su gracilidad al caminar por la acera; su pelaje, perfectamente engominado; y sus ropajes, caros y elegantes. Su sonrisa al entrar a las oficinas del Valencia es grande, enorme, en consonancia con sus altas pretensiones económicas. No están aquí para hacer amigos. Ni siquiera para hacer rehenes. Están aquí para "trincar" el mayor pedazo de carne posible. Y no existe persona, animal o planta en el universo capaz de interponerse en su camino...

Quizá sea la especie Tiranotamargus Sidrex la más letal de todas. Cada verano acude raudo a la sabana valenciana, con su dentadura inmaculada y sus bromas inocentes. El preludio termina cuando se sienta en la mesa a negociar... con su presa. Sus métodos son implacables; su porcentaje de aciertos, casi perfecto. En las últimas fechas, esta misma mañana incluso, se ha podido ver a este especímen pululando por los matorrales adyacentes a Pintor Monleón. Su carisma sólo es igualable a su implacable metodología. Se sabe que, tras obtener su premio, un par de copitas de El Gaitero le sirven para rebajar el empacho.

Curioso es el caso del Julioamedeus Rengelente, un tipo de Repre salvaje que se caracteriza por su bicefalia. De cerebro compartido, emplea una de sus cabezas para las negociaciones, y la otra para las comparecencias y declaraciones posteriores al baño de sangre. Sus víctimas no saben por donde les atacan, pero cuando quieren darse cuenta ya es tarde, y descubren que su cartera ha desparecido y que no les queda sangre en el cuerpo. Y aunque hace un par de días no pudo lograr el objetivo que se había propuesto, no tengan dudas de que acabará consiguiendo lo que quiere, sea aquí en Valencia... o en Barcelona. Una especie que, por simpática, no deja de ser carnívora y, por ende, muy peligrosa.

También debemos mencionar el caso del Garciafilonus Queaidelomius, atento siempre a los movimientos del resto de Repres salvajes para seguir su estela y poder atacar a presas ya debilitadas por las acometidas de sus compañeros de camada; y al Espejus Salerosa, que emplea artimañas y maniobras de distracción como chistes, frases ingeniosas y demás para introducir a sus víctimas en un estado de bienestar producido por la risa, más propicio para conseguir sus objetivos. No obstante, sus estrategias de caza parece que pierden efectividad en los últimos tiempos: sin duda, otra muestra más de la complicadísima existencia que llevan estos simpáticos seres.

En Valencia se están llevando a cabo ya los primeros pasos para la conservación de estas entrañables especies salvajes. Fernando Gómez de la Fuente, responsable del Bioparc VCF, trata a diario con estos animalitos, dándoles de comer si se portan bien o negándoles los aumentos de fichas si no cumplen sus promesas. Es responsabilidad de todos que una especie tan elegante, grácil, astuta e ingeniosa cual zorro de la pradera no desaparezca de los parajes patrios. Recuerden que la supervivencia del Repre salvaje depende de Ustedes, y de sus carteras. Ellos no lo harían... Bueno, quizás sí...

"Para que en las noches valencianas, se sigan escuchando... los hermosos... aullidos... del Repre..."

1 comentario:

www.checheche.net dijo...

Si el problema grave es que en Valenciastán la especie que más abunda es el merluzo.

Little