lunes, 25 de agosto de 2008

Plata, con un par


Menudos bemoles demostramos ayer sobre la pista del Wukesong. Sí señor: va de huevámenes la cosa. Los nuestros, la España de Aíto, dejándose todo lo que tenían en el partido, vaciándose para conseguir la medalla imposible, la mayor machada de la historia del baloncesto ante algunos de los mejores jugadores que han pisado la Tierra.

Una lástima que el amigo Brazauskas y compañía tuvieran sus cojoncillos tan pequeños, pequeñitos como dos canicas, y no señalaran ninguna de las infracciones cometidas por los estadounidenses en el partido. A saber: pasos de salida cometidos en infinidad de ocasiones, defender con la mano en el cuerpo del rival, las "siestas" de muchos segundos que se pasaba Dwight Howard en la zona... Por supuesto no es ninguna excusa, pero lo de los árbitros fue pa mear y no echar gota.

Aquel osado que se atreva a afirmar que en ningún momento los norteamericanos vieron peligrar su oro, simplemente, se equivoca. España jugó al 110%, y obligó a LeBron, Kobe, Carmelo (qué tío tan macarra, por Tutatis) y Howard a hacer lo propio. Cuando Rudy enchufó su triple y puso a España dos abajo (89-91) a falta de ocho minutos para el final, el tiempo muerto de "Coach K" era sintomático: en el banquillo de EE.UU. los tenían por corbata.


Tuvieron que usar todo su potencial, exprimir hasta el final la calidad individual de sus estrellas para aguantar el envite español. Algo que parece sobre papel poca cosa, pero que con los años será recordado como el día en que la NBA, sin excusas, sin paliativos y a pleno rendimiento, estuvo al filo de la derrota gracias a una pandilla de amigos que resultan ser españoles, y que resulta que juegan al baloncesto de maravilla.

Ayer, los más entrados en años seguro que recordaron la final de Los Ángeles 84. Aquella vez los "universitarios" liderados por Jordan, por decirlo suavemente, nos pasaron por encima. Daba igual: nuestro objetivo ya había sido conseguido. Más de dos décadas después, España peleó un oro olímpico en igualdad de condiciones con Estados Unidos. No nos barrieron. No nos pasaron por encima. Vencieron gracias a su físico y calidad individual, pero no por jugar mejor, ni por esforzarse más, ni por echarle más pelotas. Ayer fue uno de los días más grandes en la historia del baloncesto español. Y viendo la progresión de los nuestros, con Pau y Calderón asentados en la NBA, con Rudy a punto de marcharse a hacer las Américas, con Riki asombrando al mundo, las hornadas de jugadores que vienen por detrás... no es descabellado pensar que, en Londres 2012, podamos tomarnos cumplida venganza.

Hasta que llegue ese día... ENHORABUENA, CAMPEONES. Nos habéis hecho disfrutar lo que no está escrito. Sois cojonudos.

2 comentarios:

www.checheche.net dijo...

A ese tal Stern le habría dado el síncope definitivo si llegan a palmar.

Little

www.checheche.net dijo...

Jojojo, y qué fotaza la del abrazo entre Ricky y Chris Paul (que por cierto es clavao al primo del Príncipe de Bell-Air).

V Molins