viernes, 20 de noviembre de 2009

La Teoría del No irse a la Cama Enfadado


Fue una de las pocas cosas útiles que aprendí no hace demasiado tiempo gracias a alguien que, por suerte, ya no tengo a mi lado. Ella tenía una teoría: en caso de enfado con alguna persona, especialmente alguien cercano a tí, nunca había que irse a dormir sin haber solventado el problema o, al menos, haberlo intentado.

En su día yo me reí de ella porque su "Teoría de No irse a la Cama Enfadado" me parecía algo descabellada. Con el paso de los años, aunque sigo sin aceptarla del todo, sí que me he dado cuenta de porqué algunas personas la siguen a rajatabla: descansas más. El problema no se enquista en tu cabeza, haciendo que incluso en tus horas de reposo tu cerebro siga barruntando en silencio.

Y así llegamos al día de ayer, magnífico en todas sus vertientes hasta última hora de la noche. Y pese a intentar solventar la discusión, al final me fuí a dormir muy enfadado. Consecuencia: no pegar ojo y pasar la noche en vela viendo partidos de la NBA (ganamos a Phoenix, y los Lakers con Gasol ganaron sin forzar demasiado a Chicago). Ella tenía razón. Se equivocaba casi siempre en el fondo, y siempre en las formas. Pero, en este caso... tenía razón.

1 comentario:

Juan Al dijo...

Como diría un sabio de barra de bar.... o enfadado o de mala llet mientras puedas irte a la cama